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Arquitectos: JA8 Arquitetura Viva
- Área: 1980 m²
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Fotografías:Diagram Archfilm
Descripción enviada por el equipo del proyecto. La Plaza del Fuerte San Luis se integra en un contexto urbano rico y dinámico, formando parte clave de la red de espacios públicos de la ciudad. Su ubicación estratégica, situada entre importantes ejes de circulación, realza su carácter distintivo y potencia su valor simbólico. En las inmediaciones, se encuentran significativas áreas verdes públicas que ofrecen a la población diversas opciones de esparcimiento. La ribera a lo largo de la Avenida Beira Mar, por su escala y posición central en la isla, constituye uno de los principales espacios de recreo y contemplación urbana, funcionando como un amplio parque lineal que pronto albergará la Marina de la Ciudad y nuevas infraestructuras de ocio.
El proyecto de esta nueva plaza busca convertirse en un referente tanto para los habitantes como para los visitantes de la ciudad. Este nuevo destino turístico tiene el potencial de reflejar las características naturales y la calidad urbana de la capital del estado, a la vez que ofrece un espacio agradable para la vida cotidiana de sus residentes. Comprender la ubicación privilegiada de la plaza nos ha permitido diseñar con elementos paisajísticos especiales, de gran plasticidad, que también remiten a la historia del lugar.
Originalmente, este terreno formaba parte del mar. En el siglo XVIII, se cree que alojó la Casa de Pólvora de la Fortaleza San Luis de la Playa de Fora, situada en las cercanías y formando parte del sistema de defensa militar de la isla. Con el crecimiento de la ciudad, el terreno se alejó de la costa debido a sucesivos rellenos, y, al perder su función defensiva, pasó a ser propiedad privada. A mediados del siglo XX, el lugar se transformó en un espacio abierto para ferias y encuentros, pero con el tiempo quedó convertido en un estacionamiento vacío, esperando ser reclamado nuevamente por la gente.
Uno de los principales objetivos de este proyecto fue valorar su rica historia, pero de manera no literal. En ese sentido, un elemento escultórico podría otorgar al espacio un nuevo significado, rindiendo a la vez homenaje a su pasado. En lugar de crear un objeto volumétrico elevado, la propuesta optó por excavar. Como pieza central, un camino escultórico guía al visitante a través de la plaza, destacando la presencia del agua. Su forma circular, que espira suavemente hacia el centro en una inclinación gradual, representa la isla rodeada por el agua y, con un cuerpo de agua aún mayor en el centro, su corazón. El objeto se introduce intencionadamente en el suelo, llevando el mensaje del pasado que allí se guarda.
Al atardecer, los colores del ocaso se reflejan en la lámina de agua, revelando una sutil iluminación realizada con fibra óptica que emerge entre las piezas de piedra basalto que cubren el suelo. Este detalle evoca un cielo estrellado justo en el corazón de la plaza y a lo largo del camino que conduce hasta él, creando una atmósfera lúdica y envolvente. En el perímetro de la plaza, postes de luz más altos complementan el esquema lumínico, reforzando la sensación de seguridad y confort en este espacio público. En la zona seca, los visitantes pueden descubrir vestigios de la historia del lugar a través de varios tótems informativos que narran su rico pasado.
Además de la simbología diseñada para rendir homenaje a este lugar especial, la plaza cumple un papel fundamental al unir a personas de diferentes orígenes, una característica esencial de los espacios públicos. Al estar situada en una zona residencial, muchos habitantes de diversos estratos sociales se reúnen para disfrutar de este espacio de calidad. La plaza también incluye elementos lúdicos, como fuentes de agua en movimiento que brindan alegría a niños de todas las edades, y sillones móviles para contemplar el hermoso atardecer. Al igual que con su historia, las fuentes emergen del suelo en diversas áreas de la plaza, formando una suave y armoniosa danza.
De su antiguo uso militar, la plaza se ha transformado en un poderoso espacio público con un nuevo significado, adaptado a una ciudad contemporánea que prioriza la creación de espacios para las personas y el valor de sus elementos naturales. Diversos árboles nativos maduros se han integrado al perímetro, generando una atmósfera acogedora en relación con las calles circundantes. De este modo, los visitantes son recibidos en un ambiente cálido, mientras que en el centro se crea un espacio soleado donde el agua se convierte en el elemento principal. A su lado, la vegetación actúa como guía a lo largo del camino, conduciendo a los visitantes hacia el corazón de la plaza.
